Una visión global.

Llevaba unos días demasiado tenso e inquieto, porque me daba la sensación que no habían salido las cosas como nosotros queríamos, pero después de lo que pasó el domingo, me he quedado más tranquilo y relajado. No porque pasara algo especial y que no estemos acostumbrados, sino porque creo que me precipité en mis conclusiones. Allí, en un rincón de la hermandad con una cerveza en la mano, seria la 4ª ó la 5ª (por ponerle un número decente), me di cuenta que las cosas hay que mirarlas con perpestiva, de lejos, al igual que los cuadros impresionistas. Durante los ensayos, la exigencia y las ganas extremas de hacerlo bien, nos llevan a sacar conclusiones precipitadas y distorsionadas de lo que realmente está pasando, y no es justo, ni para nosotros mismos, ni para la cuadrilla en su conjunto, ni mucho menos para los capataces y auxiliares. Yo este año he sacados mas cosas positivas de lo que en un principio pensaba, pero no os las voy a describir, ya que a menos que les deis una vuelta de tuerca vais a sacarlas vosotros también pero, una de ellas si que me gustaría resaltar, una, que nos tiene que llenar de orgullo a todos los que formamos esta gran familia y es la de ver como se van forjando grandísimos costaleros “nacidos” bajo estas trabajaderas, gente que ha mamado la idiosincrasia de esta cuadrilla y que con una juventud extrema han captado la idea y ya trabajan a una altura insuperable, sacándonos los colores a los que somos “veteranos”, esa idea, me encanta y me da tranquilidad ya que con juventud y afición se asegura el relevo generacional.

Me quedo pues, con todo lo bueno del gran trabajo realizado este año y que colmaron el pasado domingo con una acertadísima convivencia en la casa hermandad, en la que pasamos una tarde memorable un puñado de buenos amigos y nuestras familias, disfrutando por encima de todo con esta, nuestra “locura”, de sacar pasos.

Con la mirada puesta ya en el Domingo de Ramos, tenemos que tener presente que el camino que es largo y a veces cansino pero no debemos de cejar en nuestro empeño de alcanzar lo que todos queremos, ya lo dije en otra ocasión, la senda ya está creada, unos años avanzaremos más y otros años menos pero siempre mordiéndole un poquito al camino, así cuando menos lo esperemos, una tarde cualquiera de Domingo de Ramos, alcanzaremos lo que siempre hemos ido buscado, y como si de un cuadro impresionista del gran Vincent Van Gogh se tratara, daremos un paso atrás, miraremos con perspectiva... y al contemplar el pasado podremos observar como el halo del tiempo ha ido dando forma pincelada a pincelada a esta grandísima obra de arte, de la que todos nosotros en mayor o menor medida, hemos formado parte, para el realce (si es que es posible) único y exclusivo de Maria Santísima de Fe y Caridad.